El señor Blanco, el señor Rojo y el señor Pardo almorzaban juntos. Uno llevaba corbata blanca, otro roja, y el otro, parda. Es curioso -dijo el de la roja-, las corbatas que llevamos corresponden a nuestros apellidos, pero ninguno la lleva del color del propio. En efecto, tiene usted razón repuso el señor Blanco.
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Wilfredo -